Bishop Steven’s Statement on the Equality Act

DIOCESE OF CHEYENNE
Office of the Bishop

The Equality Act
March 15, 2021

The U.S. House of Representatives passed the Equality Act (H.R. 5) on February 25, 2021. This
bill would amend the Civil Rights Act of 1964 so that “sex” be read to include “sexual
orientation and gender identity.” H.R. 5 would prohibit discrimination on the basis of sexual
orientation and gender identity in employment, housing, public accommodations, public
education, federal funding, the credit system, and jury duty. It also expands the jurisdiction of
that law beyond “public accommodations” to include any establishment or individual that
provides services to the public, including health care providers. Religious exemptions
generally afforded by the Religious Freedom Restoration Act would not be allowed.

This legislation underscores the need to welcome and accompany homosexual persons as
brothers and sisters in the family of the human race. It is essential that our society treat
homosexual persons with equality. Men and women with same-sex attraction “must be treated
with respect, compassion, and sensitivity. Every sign of unjust discrimination in their regard
should be avoided” (Catechism of the Catholic Church, 2358).

Yet, as the legislation seeks to promote the rights of homosexual persons, it infringes on the

rights of others. Replacing “sex” with the term “gender identity” in anti-discrimination law
would overturn legal protections for women, allowing those born as male but now identifying
as women into female-only spaces, including locker rooms, sports teams, prisons and battered
women’s shelters, where women are especially vulnerable to male aggression. Doctors would
be required to provide infertility-inducing hormonal treatments and surgeries, no questions
asked. The same is true for insurers.

Furthermore, the Equality Act would erode the rights of the unborn. This bill would affect the
existing “abortion-neutrality” of the Pregnancy Discrimination Act (PDA). The original PDA
prohibits employment discrimination on the basis of pregnancy, childbirth, or “related medical
conditions.” This includes abortion, that is, an employee cannot be dismissed for obtaining
one. But the text of the PDA itself ensures that it not be interpreted to require employers to
fund abortions, nor to prohibit them from doing so.

However, the Equality Act includes a new free-standing prohibition on pregnancy
discrimination, which requires that abortion be treated no differently than other physical
conditions. The short section reads: “Pregnancy, childbirth, or related medical condition [read:
abortion] shall not receive less favorable treatment than other physical conditions.” Thus, an
institution or individual, that provides or funds health care but not abortion (including state
governments?) would be discriminating on the basis of sex. Catholic doctors and hospitals
would have no recourse to federal conscience protections.

It is important to protect people experiencing same-sex attraction or gender discordance from
discrimination. They often experience rejection even within their own families. We need to unequivocally stand up for their human dignity. Nevertheless, such efforts must also protect the rights of all. Unfortunately, H.R. 5 would further diminish respect for the child in the womb,
provide for taxpayer funding of abortion, erode conscience rights, discriminate against people of faith, and impose an ideology of “gender” on individuals and organizations.

As this or other similar legislation is debated, we should speak about these issues with courage,
listen with compassion, and respond with respect. We belong to one human family. No one is our enemy. What is important is not only “what” we stand for, but “how” we speak to one another as we seek to love one another as Christ has loved us.

Your brother in Christ,
Bishop Steven Biegler
Diocese of Cheyenne

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Ley de Igualdad
15 de marzo de 2021

La Cámara de Representantes de EE. UU. Aprobó la Ley de Igualdad (HR 5) el 25 de febrero de Este proyecto de ley enmendaría la Ley de Derechos Civiles de 1964 en que la palabra
“sexo” sea leida incluyendo “orientación sexual e identidad de género”. HR 5 prohibiría la
discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género en el empleo, la
vivienda, las instalaciones públicas, la educación pública, la financiación federal, el sistema de
crédito y el servicio de jurado. También amplía la jurisdicción de esa ley más allá de los
“establecimientos públicos” para incluir cualquier establecimiento o individuo que brinde
servicios al público, incluidos los proveedores de atención médica. No se permitirían las
exenciones religiosas generalmente otorgadas por la Ley de Restablecimiento de la Libertad
Religiosa.

Esta legislación subraya la necesidad de acoger y acompañar a las personas homosexuales como hermanos y hermanas en la familia del género humano. Es fundamental que nuestra sociedad trate a las personas homosexuales con igualdad. Los hombres y mujeres que sienten atracción por personas del mismo sexo “deben ser tratados con respeto, compasión y sensibilidad. Debe evitarse todo signo de discriminación injusta hacia ellos ”(Catecismo de la Iglesia Católica, 2358).

Sin embargo, dado que la legislación busca promover los derechos de las personas
homosexuales, infringe los derechos de los demás. Reemplazar “sexo” por el término “identidad de género” en esta ley contra la discriminación, anularía las protecciones legales para las mujeres, permitiendo el acceso de los nacidos como hombres que se identifican como mujeres en espacios exclusivos para mujeres, como vestidores, equipos deportivos, prisiones y refugios para mujeres maltratadas donde las mujeres son especialmente vulnerables a la agresión masculina. Además requeriría que los médicos brinden tratamientos hormonales y cirugías que induzcan la infertilidad, sin hacer preguntas. Lo mismo ocurre con las aseguradoras.

Además, la Ley de Igualdad erosionaría los derechos de los no nacidos. Este proyecto de ley
afectaría la “neutralidad del aborto” existente de la Ley de Discriminación por Embarazo (PDA).
El PDA original prohíbe la discriminación laboral por motivos de embarazo, un parto o las
afecciones médicas relacionadas”. Esta ley incluye el aborto, es decir, no se puede despedir a
una empleada por abortar. Pero el propio texto del PDA asegura que no se interpretará en el
sentido de que exige a los empleadores que financien los abortos, ni les prohíbe hacerlo.
Sin embargo, la Ley de Igualdad incluye una nueva solida prohibición en la discriminación por
embarazo, la cual requiere que el aborto no sea tratado de manera diferente a otras condiciones físicas. El articulo en breve dice: “El embarazo, el parto o una condición médica relacionada [léase: aborto] no recibirán un trato menos favorable que otras afecciones físicas”. Por lo tanto, una institución o individuo que proporcione o financie la atención médica pero no el aborto (¿incluidos los gobiernos estatales?) Estaría discriminando por motivos de sexo. Los médicos y hospitales católicos no pueden ampararse en el recurso de objeción de conciencia.
Es importante proteger de la discriminación a las personas que experimentan atracción por el
mismo sexo o discordancia de identidad de género. A menudo experimentan rechazo incluso
dentro de sus propias familias. Necesitamos defender inequívocamente su dignidad humana. Sin embargo, esos esfuerzos también deben proteger los derechos de todos.

Desafortunadamente, HR 5 disminuiría aún más el respeto por el niño en el útero, proporcionaría fondos para el aborto por parte de los contribuyentes, erosionaría el derecho la objeción de conciencia, discriminaría a laspersonas de fe e impondría una ideología de “género” a individuos y organizaciones.

En la medida que esta u otra legislación similar sean debatidas, debemos hablar sobre estos temas con valentía, escuchar con compasión y responder con respeto. Pertenecemos a una sola familia umana. Nadie es nuestro enemigo. Lo importante no es sólo “lo que” representamos, sino “cómo” hablamos unos con otros, mientras buscamos amarnos como Cristo nos amó.

Su hermano en Cristo,
Obispo Steven Biegler

Diocese of Cheyenne