We are the Body of Christ, interconnected by Baptism, joined by grace and united by a common Spirit. What we do or fail to do affects others: our love, our rejections, our prayers, our suffering, our pain. When we sense that we are connected to the very Body of Christ, suffering and pain become powerful agents of grace. Nobody wants to suffer, but when it comes, it is spiritual power.
Christian witness says we are all in physical and spiritual relationship with one another. We can plead for one another; we can pray for one another. We can offer up acts of courage, endurance, and sufferings for others. Why, we can even die, and somehow it can benefit others.
And that, in a nutshell, is why we march in the streets to proclaim to the world this United Body!
We just celebrated Memorial Day. It’s not just that Maximilian Kolbe took the place of a prisoner in a concentration camp and died in his stead. It’s not just that innumerable United States soldiers in World War I and II, and in the Korean and Viet Nam wars, and in all other wars, died for us that “we might be free.” What’s important for us to remember today is that human beings can do things that affect another because we are spiritually joined. Because we are spiritually united, we can direct our energies, and our prayers, and our sufferings and death and heal and save others.
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Fiesta del Corpus Christi 2021
Somos el Cuerpo de Cristo, interconectados por el Bautismo, unidos por la gracia y unidos por un Espíritu común. Lo que hacemos o dejamos de hacer afecta a los demás: nuestro amor, nuestros rechazos, nuestras oraciones, nuestro sufrimiento, nuestro dolor. Cuando sentimos que estamos conectados con el mismo Cuerpo de Cristo, el sufrimiento y el dolor se convierten en poderosos agentes de la gracia. Nadie quiere sufrir, pero cuando llega, es poder espiritual.
El testimonio cristiano dice que todos estamos en una relación física y espiritual unos con otros. Podemos suplicarnos unos a otros; podemos orar los unos por los otros. Podemos ofrecer actos de valentía, resistencia y sufrimientos por los demás. Incluso podemos morir, y de alguna manera puede beneficiar a otros.
¡Y eso, en pocas palabras, es la razón por la que marchamos en las calles para proclamar al mundo este Cuerpo Unido!
Acabamos de celebrar el Día de los Caídos. No es solo que Maximilian Kolbe tomó el lugar de un prisionero en un campo de concentración y murió en su lugar. No es solo que innumerables soldados estadounidenses en la Primera y Segunda Guerra Mundial, y en las guerras de Corea y Vietnam, y en todas las demás guerras, murieron por nosotros para que “pudiéramos ser libres”. Lo que es importante que recordemos hoy en día es que los seres humanos pueden hacer cosas que afectan a otros porque estamos unidos espiritualmente. Debido a que estamos unidos espiritualmente, podemos dirigir nuestras energías y nuestras oraciones y nuestros sufrimientos y muerte y sanar y salvar a otros.