A Mary Moment

Doers of the Word.
Friday, July 17



Yesterday we reflected on the times in our lives when we can only respond like Mary did: with a question. A father and a son had this moment: the man tells the story.

One spring afternoon my five-year-old son, David, and I were planting raspberry bushes along the side of the garage. A neighbor joined us for a few moments. Just then David pointed to the ground. “Look, Daddy! What’s that?” he asked. I stopped talking with my neighbor and looked down. ‘A beetle,’ I said. David was impressed and pleased with the discovery of the fancy, colorful creature. Then my neighbor lifted his foot and stepped on the insect giving his shoe an extra twist in the dirt. ‘That ought to do it,’ he laughed. David looked at me, waiting for an explanation, a reason.

That night, just before I turned off the light in the bedroom, David whispered, ‘I liked that beetle, Daddy!’ ‘I did too,’ I whispered back.” The man concluded his story by saying, “We have power to choose.” We have the power to choose how we will respond to every living thing that crosses our path. We have the power to love one another. An angel speaks, a human being speaks, something else encounters us. We choose.

Look out for your next Mary moment.
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Viernes 17 de julio
Un momento de Mary

Ayer reflexionamos sobre los tiempos en nuestras vidas cuando solo podemos responder como lo hizo Mary: con una pregunta. Un padre y un hijo tuvieron este momento: el hombre cuenta la historia.

Una tarde de primavera, mi hijo de cinco años, David, y yo estábamos plantando arbustos de frambuesa a lo largo del garaje. Un vecino se unió a nosotros por unos momentos. En ese momento, David señaló el suelo. “¡Mira papá! ¿Que es eso?” preguntó. Dejé de hablar con mi vecino y miré hacia abajo. “Un escarabajo”, dije. David quedó impresionado y satisfecho con el descubrimiento de la elegante y colorida criatura. Entonces mi vecino levantó el pie y pisó el insecto dándole a su zapato un giro adicional en la tierra. “Eso debería hacerlo”, se rió. David me miró, esperando una explicación, una razón.

Esa noche, justo antes de apagar la luz de la habitación, David susurró: “¡Me gustó ese escarabajo, papá!” “Yo también”, le susurré de vuelta “. El hombre concluyó su historia diciendo: “Tenemos poder para elegir”. Tenemos el poder de elegir cómo responderemos a todos los seres vivos que se crucen en nuestro camino. Tenemos el poder de amarnos unos a otros. Un ángel habla, un ser humano habla, algo más nos encuentra. Nosotros elegimos.

Esté atento a su próximo momento Mary.